Esta casa, en este cruce de 4 caminos, tomó popularmente el nombre del “Cruce de Moratón” por ser propiedad de un Moratón, el bisabuelo de mi abuelo, nuestro tatarabuelo. Con los años fue a parar en manos de nuestro abuelo,
Herminio Moratón, del que heredamos su pasión por el campo y los animales y, de nuestra abuela Luisa, de la que heredamos el esfuerzo por sacar las cosas siempre adelante y la importancia de la familia y de la tierra.
Cada vez son menos los que labran la tierra, los que tienen ganado y pueden vivir de ello. El turismo nos ofrece una forma nueva de salir adelante en el entorno rural. Esta es una apuesta por un proyecto “orgánico” en sintonía con el entorno que nos rodea y respetando las cosas buenas que nos ofrece. Queremos devolverle al pueblo tanto como nos da.